Ciento veinte himnos son dedicados a haoma en el Rig Veda e incluso pueden rastrearse su presencia en la religión prezoroastriana de Irán. Se trata de una planta con efecto estimulante que utilizaban algunos poetas y guerreros para tener valor y fuerza. El nombre deriva del indoiranio “sauma” que a su vez proviene del védico “soma” y del avéstico “ahoma”.
De acuerdo a los textos antiguos, el soma es un jugo o savia que se extrae de las fibras turgentes de la planta. Este jugo, se purificaría utilizando un filtro de lana y en algunos casos, se mezclaría con leche. Tanto en los Vedas como en el Avesta, se dice que la plata de soma tiene ramas y es de color amarillo, siendo su habitat natural, la montaña.
El haoma se ha relacionado con el sacrificio de animales, la preparación, consagración y consumición como elementos importantes del ritual yasana zoroástrico y su equivalente indio e yajaña. Se la consideró incluso una divinidad que se evocaba con fines curativos y protectores.